sábado, 22 de noviembre de 2008

De nunca acabar....*


Cuando el viento sopla del este,
frío y paralizante
es mejor correr,
correr fuerte, sin mirar a trás.
En esos días en que el cielo oprime,
presiona tan profundo que no deja respirar,
lo me jor que podemos hacer
es correr, sólo correr.
En el momento en que los árboles
arrancan sus raíces de la tierra
y dejan caer sus hojas secas al pavimento,
lo único que debemos hacer
es correr, nada más,
lanzarnos al vacío si es posible,
sin detenerse ni un micro segundo
a pensar en las consecuencias.
Porque en un abrir y cerrar de ojos
todo se puede transformar,
podemos convertirnos en ratas
o en dragones
y el universo puede llegar a ser
un laberinto de mil pasadizos
o una ruda de la fortuna
de nunca acabar.
Así que sólo tienes una opción...
correr, sin tropezar,
hasta que algún día
el círculo se termine de dibujar
y todo vuelva a la normalidad
o lo que llamamos , sin pensar,
"normalidad".

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